En el brindis cuando recibió el Premio Nobel, Gabriel García Márquez dijo que la poesía es la única prueba concreta de la existencia del hombre y quizás eso, la poesía, es el límite que la inteligencia artificial nunca logre superar a ojos del director de la Fundación Gabo, Jaime Abello.
«Veo un límite del ChatGPT o de otra herramienta de inteligencia artificial (…), la capacidad de generar poesía en los textos», aseguró Abello en una entrevista con EFE, pocos días antes de que dé comienzo una nueva edición del Festival Gabo.
El reto de esta edición -y del periodismo- es justamente ver «cómo hacer mejor periodismo con la inteligencia artificial«, sabiendo aprovecharla, pero teniendo «conciencia de los riesgos éticos».
La inteligencia artificial es «un magnífico asistente creativo o de reacción», pero «entraña unos riesgos» que los mismos creadores de las herramientas han advertido que si no se regulan pueden llegar a compararse con «armas de destrucción masiva».
Ante este nuevo panorama, «nos espera una época que no es fácil, pero en la cual el periodismo tiene que distinguirse por ser el lugar donde realmente se puede confiar en lo que se diga», pide el director.
«Entonces claramente creo yo nuestro papel como periodistas es no tenerle miedo, pero darnos cuenta también que para el periodismo va a presentar muchos problemas», advierte Abello.
Su desarrollo avanza a pasos agigantados, con cuestiones como los problemas de autoría o de plagio o el quién está detrás, por lo que «vale la pena que hagamos el debate en el periodismo y que pensemos en estándares para darle transparencia y seguridad al uso de la inteligencia artificial«.
El XI Festival Gabo
En la anterior edición, en octubre del pasado año, ChatGPT ni siquiera había visto la luz. Por eso ahora será uno de los debates de esta XI edición del Festival, que se realiza del 29 de junio al 2 de julio en Bogotá, con la participación de decenas de periodistas internacionales y colombianos.
«En esta época en que ha habido tanta controversia sobre el papel del periodismo y sobre su credibilidad es ver cómo en la nómina de invitados y en los trabajos concursantes que van a estar en la cocina del periodismo y de la final del Premio Gabo tenemos muchos trabajos que nos dan razones para creer en el periodismo con un enorme entusiasmo», predice Abello.
Se tratarán temas «no solo de innovaciones importantes» como el de la Inteligencia Artificial, «sino la manera como el periodismo dialoga con una serie de preocupaciones sociales, con reivindicaciones de género o el mismo debate político acerca del papel del periodismo en nuestra sociedad».
Un continente en riesgo
El Festival llega en un momento en que los autoritarismos en Centroamérica amenazan la libertad de expresión; en Nicaragua expulsan periodistas y en Guatemala cierran medios.
De hecho, en el festival participará José Zamora, hijo de José Rubén Zamora, periodista guatemalteco que hace tan solo unos días fue condenado a 6 años «básicamente por hacer periodismo», alega Abello.
Zamora, un pionero del periodismo investigativo de Guatemala y fundador de «elPeriódico», ha sido oficialmente condenado por lavado de dinero, pero como recuerda el confundador de la Fundación Gabo ha sido «un castigo por haber hecho periodismo crítico».
En este contexto «adverso», Abello quiere recordar «a la sociedad que el periodismo no le pertenece a ningún gremio, que es una función al servicio de la ciudadanía, una función crítica e investigativa y es esencial para la democracia».
«La situación América Latina es complicada por el problema político, por los ataques a la credibilidad del periodismo», resalta, a los que se suman «los países en los cuales se aplica directamente la censura» y el «papel del crimen organizado».
Responsabilidad compartida
Pero recuerda la responsabilidad compartida que hay, tanto de los periodistas como del poder y la propia sociedad. La de los periodistas porque no se puede desconocer que hay «intentos de manipulación» y un entorno de «noticias falsas», y del poder por imponer una «guerra de narrativas».
A la vez que la sociedad no puede «tragar entero»: «La sociedad no debe confundir y debe entender cuál es el rol del periodismo» y de los poderes políticos.
Y apela a la vocación: «Los periodistas tenemos que aceptar que las cosas no van a ser fáciles y por eso es tan importante el compromiso personal», es decir, el «compromiso que cada periodista hace con el oficio más allá del nivel de remuneración».
Concluye subrayando la esencia del periodismo: «Ser incómodo», por lo que lo invita a los periodistas a aceptar las críticas y recuerda que García Márquez arrancó su trabajo bajo la censura, pero no abandonó un «periodismo vital, alegre».