Este día sirve como un recordatorio para nunca dejar de difundir la alegría. Y para celebrarlo compartimos los cuatro caminos que te guiarán a una vida llena de alegría.
La alegría resulta de una conexión. Sentimos alegría cuando estamos verdaderamente conectados con nosotros mismos, con las personas en nuestras vidas, con el mundo que nos rodea, con la naturaleza y con el momento presente. Los beneficios de la alegría son infinitos, no solo para ti, sino también para quienes te rodean. Y cuando sentimos alegría, nos sentimos inspirados a hacer el bien a los demás; como emoción, nos une y nos ayuda a dejar de lado nuestras diferencias para trabajar por el bien común. Sin embargo, puede ser difícil determinar cómo obtener más alegría en nuestras vidas; tendemos a verlo como algo que «nos sucede» en lugar de algo que podemos invitar más conscientemente a nuestras vidas e incluso crear. Para ayudar a abordar esto, hemos identificado cuatro caminos diferentes hacia la alegría. Al nombrarlos, podremos comenzar a notar y expandir su presencia en nuestras vidas.
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La alegría, una puerta sin llaves y siempre abierta
1. Alegría del crecimiento: uno de los sentimientos más satisfactorios es sentirse realizado; la sensación de finalmente completar una tarea, sin duda, nos trae alegría. Asegurarte de estar orgulloso de tus logros es el primer paso para consolidar el crecimiento en tu vida profesional y personal.
2. Alegría de una relación: aunque todas las relaciones pasan por momentos difíciles y momentos de estrés, si una relación te impide vivir una vida feliz, debes eliminarla. Las relaciones están destinadas a traernos amor y consuelo y son cruciales para nuestra alegría.
3. Alegría de ser tú mismo: si constantemente sientes que no puedes actuar libremente y de acuerdo con tu verdadera personalidad, lo más probable es que haya algo que te impida tener alegría. Si tu entorno te alienta a ser fiel a sí mismo, te encontrarás más feliz y productivo. No hay nada tan alegre como el sentimiento de aceptación por parte de quienes nos rodean ya que nos anima a aceptarnos a nosotros mismos.
4. Alegría de aprender: hay una alegría continua en el aprendizaje, todos somos estudiantes desde el día que nacemos hasta el día que morimos. No solo aprendemos en la escuela, sino que también aprendemos de quienes nos rodean, de nosotros mismos, de nuestro entorno y de situaciones en todo el mundo. Cultivar el amor por el aprendizaje te llenará de curiosidad y asombro; te hará una persona más intelectual, alguien con quien es agradable estar cerca. Ser conocedor de ti mismo y de tu entorno te conectará con tus sentimientos y te dará las herramientas para vivir tu vida de una manera más feliz.