Un uso totalmente funcional fue el motivo por el que se crearon. Destinados a trabajos náuticos o profesionales de medicina, pero los zuecos de goma pisan con fuerza las tendencias en calzado cada verano, donde ganan terreno frente a alpargatas y sandalias, reforzados por pasarelas y rostros conocidos.
Desde el cantante Justin Bieber, con su propia línea de diseños exclusivos a los que añadir pines con diferentes formas, hasta firmas de lujo como Loewe, Prada o Saint Laurent, todos hacen de este calzado el preferido para los meses de verano, pese a ser denominados como el zapato referente en la categoría «ugly shoes» (zapatos horribles).
Desde 2017 estos zuecos de grandes dimensiones y textura engomada llaman a la puerta de la moda y las tendencias, amenazando con entrar al fondo de armario más allá de ser el calzado favorito de prescriptores de moda y estilismos excéntricos. La moda rápida y las redes confirman que el momento ha llegado.
Desde que el empresario George Boedecker produjese -y vendiese- doscientas unidades de este calzado, han pasado 22 años. Estos zapatos pensados para soportar varias horas de pie y evitar lesiones han evolucionado de un fin pensado para un registro laboral y utilitario a ser insignia de la moda.
Inspirados por su forma en los tradicionales zuecos y con grandes agujeros en la parte frontal, los «Crocs», firma pionera y referente, encuentran su receta del éxito en su composición, al estar realizados de una resina patentada especial que, al calentarse por el calor corporal, se suaviza y evita así dañar u oprimir el pie.
Su forma es exagerada, y también lo es la amplia gama de colores en la que se producen; desde estridentes tonos a otros más neutros que, durante los últimos años, se suman a la moda de la personalización a través de pines que engarzar en sus agujeros, además de lucirse también con calcetines fuera de los meses de verano.
Este modelo corresponde a una colaboración de Balenciaga con Crocs. (FUENTE EXTERNA)
Aunque en un primer momento saltaran de la funcionalidad a la moda más extravagante y apta solo para prescriptores y los más atrevidos, como en su momento fueron Chiara Ferragni, Madonna o Justin Bieber, ahora estos zuecos de goma forman parte de una moda que se democratiza y llega a las calles.
Tras los responsables de esta normalización de este calzado, las múltiples colaboraciones y licencias de la firma. Más de sesenta entre diseñadores y artistas, siendo pionero Bieber, cuya colección se agotó en solo dos horas, y también el director creativo de Balenciaga, Gemna Gvsalia.
Aunque estas dos colaboraciones, según los analistas de tendencias, marcaran un antes y un después en la fiebre por estos zapatos, han sido muchas las firmas de lujo que han presentado sus propias readaptaciones del calzado: Saint Laurent o Louis Gabriel Nouchi además de Balenciaga que, en sus últimas colaboraciones, añadía tacón al calzado.
«Cada vez más, las alturas están cogiendo peso en la colección y lo notamos en las ventas, con un aumento ostensible en plataformas, modelos cada vez más demandados por el público joven que tiene la marca», indican desde Crocs a EFE sobre los modelos en auge.
Christopher Kane llenaba este calzado de pedrería tratando de realizar una versión más sofisticada, mientras que en internet y tiendas de moda rápida triunfan los modelos copados de pequeñas cadenas, pinchos y tachuelas, que conviven con modelos clásicos en tonalidades neutras.
Cada vez más presentes en la moda casual y fuera de los meses estivales gracias a modelos de suelas más anchas que aparecen con calcetines neutros, este calzado, aunque de uso más extendido, sigue siendo sinónimo de vanguardia en sus últimas versiones, que siguen una línea futurista que conecta con sus orígenes más llamativos.
«El modelo que mejor está funcionando es el Classic Clog en todas sus versiones tanto en colores sólidos básicos (marino, negro, blanco o caqui), así como en estampados, especialmente los que recrean efecto mármol», dicen desde la firma Crocs sobre los modelos más comercializados.
Al igual que prendas como los monos o los pantalones cargo, la moda rescata una pieza utilitaria y la encumbra como parte de las prendas de vanguardia que van desde los más atrevidos hasta el público general.
por María Muñoz Rivera