La inteligencia artificial (IA) puede ser útil en la prevención de eventos a gran escala en varios aspectos, pero no puede ser la solución única.
La IA puede ayudar a analizar grandes cantidades de datos y detectar patrones y tendencias que pueden ser indicativos de problemas en el futuro. Por ejemplo, puede ayudar a prevenir desastres naturales o eventos relacionados con la seguridad alimentaria al identificar problemas a tiempo.
Sin embargo, la IA también tiene limitaciones y no puede reemplazar completamente la toma de decisiones humana o la intervención humana en caso de emergencia.
La IA depende de la calidad de los datos que se le proporcionan, y puede ser vulnerable a errores y sesgos en la información. Además, muchos eventos a gran escala son causados por factores complejos e interconectados, y la IA todavía no puede abordar adecuadamente la complejidad y la incertidumbre inherentes a estos eventos.
Concretamente, la IA puede ser una herramienta que ayude a la toma de decisiones, pero siempre terminarán siendo las estrategias y las decisiones humanas las que sean las definitivas.