Recientemente los suplementos dietéticos que incluían el cromo se utilizaban para el control de la diabetes mellitus tipo 2 con el objetivo de mejorar los niveles de glicemia, así como apoyar el control de peso y colesterol.
El cromo es un elemento esencial que encontramos en alimentos y juega un rol importante en la función de la insulina y metabolismo de la glucosa. Hasta el momento la data científica es muy poco significativa sobre su uso en pacientes con diabetes, también se considera que su efecto es prácticamente nulo en control de peso, por lo que la mayoría de estudios tiene información poco robusta para recomendar este suplemento.
En los Estados Unidos, la recomendación diaria de cromo es de 35 y 25 microgramos por día en hombres y mujeres respectivamente. Esta necesidad puede reducir levemente a partir de los 50 años.
Es importante resaltar que debido a procesos de agricultura y manufactura de alimentos se afectan los niveles de cromo y no contamos con una base de datos confiable que nos informe sobre el contenido especifico de cromo en los alimentos. El brócoli se considera alto en cromo,, con un aporte de unos 22 microgramos en 1 taza, pero de nuevo, esto puede variar dependiendo de su cultivo. Se supone que una dieta balanceada que contenga muy poco o ningún alimento procesado puede satisfacer tus necesidades diarias de cromo.
La limitada evidencia que existe en estudios de animales y humanos considera al picolinato de cromo como un suplemento seguro, por lo que si piensa en incorporarlo, sepa que no sustituye una alimentación saludable, y mucho menos, las recomendaciones farmacológicas que su médico haya considerado, específicamente en el control de la diabetes.
De forma concluyente entendemos que el cromo es un mineral con grandes beneficios en la regulación de la acción de la insulina. Tiene sentido que involucremos el cromo en la lista de nutrientes beneficiosos que podemos adquirir fácilmente en una dieta rica en verduras y frutas, evitando el consumo de alimentos procesados y considerando el suplemento de forma consensuada con su médico de cabecera.