Cada 25 de junio se celebra el Día Mundial del Vitíligo, una enfermedad de la piel que se caracteriza por la pérdida de pigmentación en ciertas áreas del cuerpo. Se trata de una afección de carácter autoinmune que ataca el sistema inmunológico y destruye las células productoras de pigmento en la piel.
Durante el verano, las personas con vitíligo requieren un cuidado especial. Así lo refiere la dermatóloga Fabrina Féliz, quien explica que la exposición al sol tiene claros efectos sobre la condición.
Por un lado, puede ser beneficiosa, dado que es capaz de estimular la producción de melanina y ayudar a repoblar las áreas sin pigmento, y por otro dañina, ya que puede empeorar el estado de las manchas.
“La piel con vitíligo es más sensible a los rayos UV y tiene menos capacidad de protegerse contra ellos, lo que puede provocar una mayor pérdida de pigmento y un mayor riesgo de quemaduras solares si no se toman las medidas pertinentes”, dice.
La experta comparte las siguientes recomendaciones para cuidar la piel con vitíligo en verano:
Usar protección solar adecuada y evitar la exposición directa al sol durante las horas pico de radiación (entre las 10:00 de la mañana y las 4:00 de la tarde). Aconseja usar un protector solar con un factor de protección solar (FPS) de al menos 30 y aplicarlo generosamente en todas las áreas expuestas de la piel. Recalca la importancia de volver a aplicar el protector solar cada dos horas y después de nadar o sudar. Vestir con ropa que cubra las áreas afectadas por el vitíligo. La ropa de algodón transpirable y de colores claros ayudan a reducir la exposición a la radiación solar y evitar la irritación de la piel. También sugiere usar sombreros de ala ancha y gafas de sol para proteger el rostro y los ojos. Hidratar la piel regularmente para evitar que se reseque y se vuelva más susceptible a las quemaduras solares. Para mantener hidratada y suave la piel con vitiligo, dice que lo mejor es utilizar productos que contengan humectantes y emolientes. Entre los mejores ingredientes para dar respuesta a las necesidades de personas con esta condición cita la urea y la glicerina. Evitar productos que puedan irritar la piel o empeorar la condición, como jabones fuertes, productos para el acné, que contengan alcohol o fragancias.
“Es importante tener en cuenta que cada persona es diferente y puede ser necesario probar diferentes productos para encontrar el que funcione mejor para cada caso en particular”, señala Féliz. Concluye diciendo que lo mejor siempre será consultar a un dermatólogo para obtener recomendaciones específicas sobre tratamiento y cuidado de la piel.