El escritor y exiliado cubano Jorge García Más falleció a los 79 años la tarde del domingo en Miami, en el sur de Florida (Estados Unidos), tras sufrir durante meses «una penosa enfermedad», informó este lunes el Centro por una Cuba Libre.
Esta organización resalta que García Más es reconocido por su labor como «activista por los derechos humanos en Cuba», además de escritor e investigador, y dedicó las últimas décadas de su vida a documentar los hechos relacionados con el hundimiento en la isla del Remolcador 13 de marzo, ocurrido en 1994 y en el que murieron 41 personas.
«El legado de un hombre como mi padre sin duda alguna crea compromiso y marca un ejemplo a seguir para todo aquel al que lo injusto le haya arrebatado lo justo», señaló en redes sociales su hijo Jorge Felix, quien confirmó la noticia del deceso.
García Más perdió a 14 familiares, incluidos un hijo y un nieto de 10 años, en el incidente ocurrido en la bahía de La Habana la madrugada del 13 de julio de 1994, cuando -de acuerdo a las denuncias de sobrevivientes- agentes de la Guardia Costera cubana hundieron la embarcación.
Una de las sobrevivientes fue su hija María Victoria, fallecida en enero de este año, quien denunció que los guardacostas cubanos daban vueltas alrededor de ellos mientras luchaban en el mar y se negaron a rescatarlos.
Como recuerda la organización, García Más, que en el exilio escribió un libro sobre el hecho, llegó a identificar a los oficiales que participaron en el incidente y desenredó «la madeja de las mentiras del régimen castrista desde la propia isla».
«Su muerte nos impulsa a seguir buscando justicia para las víctimas de la represión en Cuba, y para seguir luchando por la libertad y los derechos humanos de todos los cubanos», dijo en un comunicado el director ejecutivo del Centro por una Cuba Libre, John Suárez.
Por su parte, Janisset Rivero, asesora de la entidad, puso de relieve que el «ejemplo de constancia y fidelidad en la búsqueda de la verdad y la justicia de Jorge García Más constituye un importante testimonio para Cuba y sus futuras generaciones».
«No callar frente al mal, no aceptar las presiones de los poderosos, nunca olvidar, tampoco odiar, son parte del legado de este cubano digno que, a pesar de su dolor, siempre irradió amor y comprensión», agregó.