Luego de entonar las notas del himno nacional, siendo las 5:15 p.m., se apagaron las luces y se abrió el telón en sala principal del Teatro Nacional, trasladando de inmediato a los allí presentes a la era Mesozoica, donde existieron los dinosaurios, solo que esta vez con un toque de musical, picardía y un bonito mensaje «no al maltrato animal«.
Los reptiles que hace millones años, se extinguieron, pero se mantiene vivo en los niños porque despierta su fascinación por lo desconocido y gigantesco, además que estimúla la la imaginación y curiosidad, se presentaron en el escenario de la sala Carlos Piantini, a través de seis dinosaurios de diferentes tipos.
Cuatro divertidos personajes y otro personaje no tan bueno. Ellos son: Oslo, el hijo del Dr. Roigan y albergue de «Dono Global»; Lila, la ayudante del laboratorio; y los hermanos ecologistas Frita y Lelo, quienes se hicieron pasar por millonarios para desenmascarar al nefasto traidor.
Se trata del Dr. Mercurio, un villano que usaba una brillante cadena y una reluciente chaqueta violeta aparentemente hecha de piel, que había adquirido a través de la venta ilegal de huevos de dinosaurios, contradiciendo las políticas del centro que alberga y cuida de estos animales en plena vía de extinción.
Este malvado desde que había asumido el cargo de encargado del albergue se habían “desaparecido ocho huevos”, dijo Oslo.
«¡A mama parece tan real y sueña muy fuerte! ¿Son reales? » dijo uno de los niños espectadores de la obra familiar » Dinosaurios, una experiencia jurásica», mientras hacia su entrada “Leed».
No es para menos, porque apreciar un Alisar, un Tiranosaurio, un Preciosas o un Terceras en vivo entre brillantes luces y una escenografía ambientada a la era jurásica, es fascinante.
La inocencia es algo tan bonito, que permitió a los infantes vivir cada esta de la obra en constante asombro y que bueno que sea con un mensaje motivado.
En total fueron seis dinosaurios con colores llamativos, 10 musicales y mucha acción y aventura.
No todo fue sobre los reptiles, cupido estuvo presente ya que hubo amor entre los personajes. Ante estas escenas uno de los niños dijo: “mama si esta es una obra de niños, ¿por qué se besan?”, el cariño es un sentimiento muy bello, sin embargo, en una obra infantil, tal vez no era adecuado.
Los padres
Aunque los dinosaurios son animales de «niños«, ahí no hubo distinción, las niñas también disfrutaron y que decir de los adultos.
Sin lugar a dudas, es indescriptible la emoción que genera poder ver a un hijo disfrutando en vivo de uno de sus animales favoritos. ¡Y claro! A los padres los transfiere a su infancia, pues ningún ser humano vio a los dinosaurios, pero fue parte del crecimiento pues se veía en dibujos animados, películas, publicidad, entre otros, ¡nunca se han extinguido en el pensamiento!
El espectáculo que duró poco más de 90 minutos, concluyó con un mensaje del Dr. Mercurio diciendo «Los dinosaurios se extinguieron, no obstante, en la actualidad, muchas personas se lucran de la venta de animales en peligro de extinción y se dedican a maltratar estos indefensos seres vivos y por eso dile ‘no al maltrato animal‘, debemos cuidarlos», dijo el villano, cuando salió de su papel.