«Donyale Luna: supermodel», documental de Nailah Jefferson sobre la primera modelo negra que logró ser portada de Vogue y romper barreras raciales desde una familia humilde afroamericana de EE.UU., ganó el premio del festival Moritz Feed Dog de la ciudad española de Barcelona, especializado en moda.
Este filme íntimo, producido por HBOMax, narra la historia de Peggy Ann Freeman (Detroit, 1945) que desde joven tuvo claro que quería ser una estrella, objetivo que logró gracias a un físico exótico, fuera de lo común, y a una determinación innata para reinventarse y crear una aura de misterio a su alrededor que la llevaron a revistas y pasarelas, así como al cine de la mano de Fellini o Warhol, antes de morir con 33 años en 1979.
Donyale Luna fue el nombre que eligió al aceptar la oferta del fotógrafo David Mcbbe, que se cruzó con ella cuando volvía de la escuela con su uniforme y que al verla altísima y esbelta, con cuello de cisne, la animó a llamarle si alguna vez pasaba por Nueva York y quería convertirse en modelo.
Atrás dejaba un hogar convulso, decidida a crearse un pasado en el que incorporaba a su genealogía raíces indias, irlandesas o españolas y una nueva forma de hablar, un nuevo acento.
«Mi nombre es Luna, vengo de la Luna«, contestaba si le preguntaban, en un intento de huir de una realidad que no le gustaba y de un lugar donde se sentía excluida, ya que a los jóvenes de su comunidad no les resultaba atractiva, «la veían flaca y huesuda, la llamaban Olivia (la novia de Popeye)», recuerda una de sus hermanas.
Richard Avedon, fotógrafo y «gran guardián de la moda de EE.UU,» se prenda de ella y, a pesar de que se aleja por completo del canon imperante de las revistas con su pelo rizado, sus labios gruesos y su piel oscura, realizan un reportaje para el número especial de Harper’s en 1965.
Su presencia en la «biblia» de la moda de las clases medias provocó que lectores y suscriptores del Sur de EE.UU. se dieran de baja y que la revista perdiera anunciantes, lo que llevó a Donyale a huir a Europa, con primera parada en el vibrante Londres de Mary Quant, donde se codeaba con los Stones o Mia Farrow.
El año 1966 la encumbró con reportajes en Paris Match y sobre todo la portada para la edición inglesa de Vogue, en un trabajo para el fotógrafo David Bailey, «el oscar para una modelo», destaca la afroamericana Beverly Johnson (primera modelo negra en aparecer años después en portada del Vogue americano).
Su carrera se aceleró y su estilo de vida también. De inglaterra saltó al continente europeo, donde trabajó para grandes marcas en París y en Roma y simultaneó las pasarelas y los estudios de foto con apariciones en el cine de Fellini o colaboraciones con Dalí, «que la adoraba».
De la producción
El documental de Jefferson intercala imágenes de archivo de la modelo con entrevistas a familiares, entre ellos su hija, Dream, fruto de su matrimonio con el fotógrafo Luigi Cazzaniga, presente también en el filme.
También aparecen amigos y personas de su entorno, testigos de la meteórica ascensión de Donyale Luna, autora de unos diarios que sirven de hilo conductor, en la voz de su hija Dream.
Al llegar a Nueva York, Donyale entra en contacto con el círculo de Andy Warhol y comienza a trabajar para la poderosa revista Harper’s Bazaar, a la vez que conoce al artista y posteriormente amigo David Croland.
«Era la mujer más guapa que he conocido en mi vida. La gente se paraba literalmente a cinco metros de ella, su cara destacaba a varias manzanas de distancia», rememora Croland.
Los éxitos europeos no impidieron que la poderosa editora del Vogue americano Diana Vreeland la rechazase para el reportaje The Great Fur Caravan, a pesar de la insistencia de Avedon.
Donyale Luna nunca fue profeta en su tierra. Murió en Roma a los 33 años un fallo cardíaco.