El invierno está azotando gran parte de norteamérica. Aquí hablaremos de cómo llevan las bajas temperaturas tanto los perros como los gatos.
En general, los perros son más tolerantes a las bajas temperaturas que los gatos. Los perros tienen pelo más denso y pueden generar más calor corporal para mantenerse calientes, lo que los hace más resistentes al frío.
Los gatos, por otro lado, tienen menos pelo y son más propensos a sentir frío. Sin embargo, esto no significa que los perros no puedan sentir frío o que los gatos no puedan tolerar temperaturas frías.
Es importante proteger a ambos tipos de mascotas del frío y proporcionarles un refugio adecuado y ropa de abrigo si es necesario.
Cómo saber si tu perro o tu gato tiene frío
Hay algunas señales comunes que puedes buscar para saber si tu perro o tu gato tiene frío:
Temblores: los perros y los gatos pueden temblar cuando tienen frío para tratar de generar calor corporal. Respiración rápida: cuando una mascota tiene frío, su respiración puede acelerarse para tratar de calentar el cuerpo. Pantalones: los perros y los gatos pueden respirar con más fuerza cuando tienen frío para tratar de calentar el aire que entra en sus pulmones. Acurrucamiento: los perros y los gatos pueden acurrucarse juntos o buscar refugio en lugares cálidos cuando tienen frío. Cambios en el comportamiento: tu mascota puede volverse más lenta o letárgica cuando tenga frío, lo que es una señal de que necesita más calor.
Si notas alguna de estas señales en tu perro o tu gato, asegúrate de proporcionarle un lugar cálido y seco y, si es necesario, ponle ropa de abrigo para ayudarlo a mantenerse caliente.