Este martes 28 de noviembre se cumplen nueve años del fallecimiento del actor, comediante, director y productor de cine Roberto Mario Gómez Bolaños, el mexicano que dio vida a icónicos personajes como ‘El Chavo del 8’, ‘El Chapulín Colorado‘, ‘Doctor Chapatín’, ‘Chómpiras’, entre otros.
Estos personajes, que marcaron la infancia de muchos latinoamericanos ya no están, no solo por la muerte del actor, sino porque desde el 2020 no son transmitidos por televisión, debido a una disputa entra la familia de Gómez Bolaños y la empresa televisiva que tiene los derechos de su obra.
A pesar de que la familia indicó que “seguirán insistiendo” para que vuelvan a la pantalla, mientras tanto su obra se conserva en la memoria de quienes crecieron viendo estas producciones, como parte del legado de “Chespirito”.
Pero ¿cómo él logró ser un icono en Latinoamérica?
Gómez Bolaños, quien inicialmente quería ser ingeniero y se graduó de Arquitectura en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), inició su carrera escribiendo guiones para radio y televisión, en un empleo que consiguió en una agencia de publicidad. Esto le dio un rumbo diferente a su vida.
Años después, en 1969, ya era un aclamado guionista, con un programa llamado «Los Supergenios de la Mesa Cuadrada», en el canal 8 de la televisión mexicana. En este espacio los personajes interpretados por él, Rubén Aguirre, Ramón Valdés y María Antonieta de las Nieves respondían con bromas a cartas enviadas por el público.
El programa fue cancelado tiempo después y es cuando hace su aparición el divertido súperhéroe “El Chapulin Colorado”, un justiciero vestido de rojo, con antenas en la cabeza, pantalones cortos amarillos y las iniciales “CH” dentro de un corazón del mismo color, estampado en su pecho como escudo, a la manera de Superman.
Este personaje se defendía de los villanos con su martillo gigante, el cual hacía un sonido estruendoso al golpearlos y que llamaba el “Chipote Chillón”.
En este espacio, Gómez Bolaños presentaba otros sketches, como «Los Chifladitos», el cual hacía junto a Aguirre y en el que interpretaba a Chaparrón Bonaparte.
En 1971, Gómez Bolaños introdujo otro personaje, un niño huérfano y pobre cuya jocosidad se ganó el cariño del público, y que posteriormente fue bautizado “El Chavo del 8“. El icónico personaje fue durante 24 años un programa televiso.
A este programa se integraron Ramón Valdés, María Antonieta de las Nieves y Rubén Aguirre, con sus personajes, Don Ramón, La Chilindrina y el Profesor Jirafales, respectivamente, luego se sumaron otros actores, como Carlos Villagrán, quien interpretó a Kiko, y Florinda Meza (Doña Florinda), quien fue pareja de Chespitirito desde 2004 hasta su fallecimiento.
La pareja no tuvo hijos, sin embargo, Gómez Bolaños ya había tenido seis con su anterior esposa, Graciela Fernández Pierre, con la que estuvo más de dos décadas, desde 1968 hasta 1989.
Origen de su apodo: ‘Chespirito’
En su libro de memorias «Sin querer queriendo», publicado en 2006, Gómez Bolaño contó que su apodo se lo otorgó el director Agustín Delgado en 1958, durante el rodaje del film “Los Legionarios”. Chespirito dijo que el director lo había trabajar visto trabajar y escuchado de sus aspiraciones artísticas, por lo que lo comparó con el escritor, dramaturgo y poeta inglés William Shakespare, pero por su baja estatura lo usó en diminutivo y por eso salió: “Chespirito”.
Enfermedades y muerte
El actor mexicano padecía desde hace mucho tiempo de problemas respiratorios y diabetes, según informaron medios mexicanos, los cuales también especificaron que esas dificultades respiratorias provocaron su muerte el 28 de noviembre de 2014, en su residencia en Cancún.
Sin embargo, estos no eran sus únicos inconvenientes de salud, ya que meses después de su muerte, su esposa Meza confirmó que él padecía de Parkinson tardío, lo que le provocaba episodios violentos, de los cuales después se arrepentía.
“Fueron cambios de personalidad que había empezado a sufrir, se ponía violento conmigo y me decía cosas horribles, luego se sentía mal. Eso fue debido al Parkinson», confesó la intérprete de Doña Florinda en una entrevista para el programa Ventaneando.
La muerte de “Chespirito” causó mucha pena en el mundo entero, pues sus programas se tradujeron a diversos idiomas y su talento era inigualable.