El Ballet Nacional de Cuba regresa a República Dominicana con una de las obras maestras de la historia de la danza, El lago de los cisnes, de P. Chaikovsky y M. Petipa, considerada una de las puestas en escena más hermosas de todos los tiempos.
Tiempo Libre habló con Viengsay Valdés, directora y bailarina del Ballet Nacional de Cuba, quien dio detalles del montaje y lo que podrán disfrutar los dominicanos en esta maravillosa pieza de danza.
“Llevar a escena un gran clásico en su versión completa es siempre muy demandante. Esas obras exigen la presencia en escena de primeras figuras, solistas y sobre todo un numeroso cuerpo de baile, que en el caso específico de El lago de los cisnes debe asumir bailables de mucho rigor, sobre todo estilístico, como son las diferentes danzas de carácter del acto tercero, es decir bailes populares y tradicionales europeos como son la Mazurka, las Czardas, una danza napolitana y hasta —me refiero a la versión del BNC— un pas de deux al estilo de la ‘Escuela bolera’ española”.
Y es que El lago de los cisnes es una de esas obras de la que toda bailarina quisiera ser parte.
“Todas soñamos con interpretar, al menos una vez en nuestras carreras, a Odette, la princesa hechizada del acto segundo, tan diferente de la hechicera misteriosa y provocativa Odile, en el acto tercero. Yo he tenido la suerte de protagonizar el gran clásico de Chaikovsky en muchas oportunidades”.
Según sus palabras, con esta maravillosa puesta en escena, que se realizará este próximo 9 de septiembre en la Sala Principal del Teatro Nacional, el público dominicano amante de la danza será testigo “de lo que entrega el Ballet Nacional de Cuba en cada una de sus actuaciones: lo mejor de cada uno de nosotros como artistas y como seres humanos”.
“Desde que el BNC se presentó en 1976, como compañía, por primera vez en Santo Domingo, ha recibido siempre del público dominicano las más cálidas muestras de respeto, admiración y cariño. Citando el título de una obra de teatro que José Martí —cubano, latinoamericano y universal— escribió en su juventud: “Amor con amor se paga”, agregó.
El lago de los cisnes es una de las obras más famosas del repertorio tradicional y tuvo su estreno en el Teatro Bolchoi de Moscú el 20 de febrero de 1877. En esta oportunidad se presentará una versión de la gran bailarina cubana Alicia Alonso.
“Cuando ella creó su propia versión coreográfica, lo hizo sobre la base de su poderío técnico y artístico, así que, todas las intérpretes cubanas que después de la Alonso hemos bailado esta versión, hemos tenido que enfrentar los retos y complejidades técnicas que ella misma se impuso”.
Esta versión de la historia presenta una trama fantástica que incluye transformaciones prodigiosas, encantamientos y monstruos malignos, pero donde el amor triunfa sobre los poderes más terribles.
El Ballet Nacional de Cuba regresa a República Dominicana con una de las obras maestras de la historia de la danza, El lago de los cisnes, de P. Chaikovsky y M. Petipa. ¿Qué tan demandante es una puesta en escena como esta, donde participan hasta 60 bailarines en escena?
De entre los muchos personajes femeninos del repertorio heredado del siglo XIX, Odette y Odile, en El lago de los cisnes, es de los más arduos y comprometedores a los que debe enfrentarse una bailarina.
En los inicios de mi carrera profesional —apenas ocho meses después de incorporarme al Ballet Nacional de Cuba debuté en el “Pas de trois” que se baila en el primer acto y en el fascinante papel de Odile, “El cisne negro”, pasajes coreográficos que, como suele suceder con todas las versiones concebidas por Alicia Alonso, son particularmente difíciles. Poco tiempo después (un año y ocho meses, y para ser más precisa, el 30 de enero de 1997) me estrené en el doble papel, y ese fue, en realidad, apenas el comienzo de un trabajo con esos personajes que, más de un cuarto de siglo después, aún no ha concluido.
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Muchos consideran El Lago de los cisnes, debido a su inmensa popularidad, como el ballet por excelencia y, sin duda, triunfar en este gran clásico del repertorio universal representa, en parte, la consagración de una primera bailarina.
Su interpretación no puede ser menos que exquisita y acertada. Lleva mucho tiempo de preparación para lograr llevar a la escena la dualidad del personaje Odette-Odile; los detalles de ambos roles son muy diferentes.
Cuando Alicia Alonso creó su propia versión coreográfica, lo hizo sobre la base de su poderío técnico y artístico, así que todas las intérpretes cubanas que después de la Alonso hemos bailado esta versión, hemos tenidos que enfrentar los retos y complejidades técnicas que ella misma se impuso, tal vez por eso muy pocas bailarinas extranjeras, cuando han sido invitadas a protagonizar El lago de los cisnes con el Ballet Nacional de Cuba, han sido “rigurosamente fieles” con nuestra versión, que es única en el mundo.
Como bailarina, usted se ha presentado en algunas de las mejores compañías del mundo, como el Ballet Mariinsky, el Ballet del Teatro Bolshoi, el Royal Ballet de Dinamarca, The Washington Ballet, sin embargo, imagino que nada es tan gratificante como hacerlo con el ballet de su país, el cual además dirige. ¿Qué se siente representar a su país haciendo lo que le apasiona?
Es siempre un honor representar a mi país en cada lugar del mundo, sin embargo, contar con el respaldo de mi propia compañía e interpretar roles de la versiones cubanas de los grandes clásicos, me hace sentir como arropada y más realizada como artista. No obstante, la oportunidad de intercambiar con otras compañías y escuelas me brinda elementos esenciales de aprendizaje. Al conocer otras formas de hacer en la danza, respeto y valoro aún más al ballet cubano. Siento orgullo de pertenecer al Ballet Nacional de Cuba y confieso que me siento feliz cada vez que leo en las valoraciones de críticos y especialistas de mi país y el resto del mundo lo que represento, y cito textualmente: “un digno exponente de la escuela cubana de ballet”.
Con esta presentación también hace un homenaje a la gran bailarina cubana Alicia Alonso, ya que interpretarán una versión creada por ella. ¿Qué tanto influyó esta talentosa artista en su carrera y las bailarinas de su profesión?
Siempre me gusta transmitir a los estudiantes de ballet y a los jóvenes bailarines que se incorporan a la compañía, que no tuvieron la suerte de conocer a Alicia y trabajar con ella: Alicia es ejemplo e inspiración. Un referente constante. Bajo su guía y dirección artística me incorporé al BNC y con ella pude trabajar directamente en muchísimas ocasiones. Nos corresponde a los que tuvimos el privilegio de su cercanía, mantener vivo su legado.Cada vez que el BNC o un bailarín cubano se presentan en escena, ahí, en ese justo momento, se está homenajeando a Alicia.
¿Ha podido ver en escena o compartir escenario con bailarines dominicanos, cómo ve la danza local?
La fuerza de un programa de entrenamiento y sistematicidad en una compañía hacen compacta la visión de una agrupación danzaría.
Tener una escuela base sólida y como fruto profesionales entregados a la danza hacen posible tener un éxito. A eso se le suma la idiosincrasia y raíces de una nación para hacer autóctona su forma de baile. En la actualidad puede haber más tendencia a la danza contemporánea por eso es esencial tener referencias como el BNC y otras compañías que acerquen un repertorio amplio.