Silvia Bronchalo, la madre de Daniel Sancho, en prisión provisional por el asesinato y descuartizamiento del cirujano colombiano Edwin Arrieta, acudió por segundo día a visitar a su hijo a la cárcel de Koh Samui, en el sur de Tailandia, acompañada por personal de la Embajada española.
Bronchalo llegó a la cárcel, en la que su hijo cumple prisión provisionlal desde el 7 de agosto, a la espera de juicio, de forma similar al día anterior, en taxi y acompañada por personal de la Embajada de España en Tailandia.
Sancho acabó el jueves el periodo de aislamiento de diez días estipulado por el protocolo por el COVID-19, y desde entonces puede recibir una visita diaria de unos quince minutos.
La madre de Sancho, hijo del actor español Rodolfo Sancho, entró en la cárcel con el semblante serio y en silencio, como hizo el día anterior.
Preguntado por un grupo de periodistas españoles congregados a la entrada de la prisión, Vicente Cacho, encargado de negocio de la Embajada de España en Tailandia, realizó algunas declaraciones sobre la visita, afirmando que el encuentro se produce «con un cristal de por medio y no se han podido tocar».
Las visitas vis a vis, dijo, «a día de hoy en esta prisión no es posible».
Acerca del estado de la madre de Sancho, preguntado con insistencia por los periodistas, Cacho zanjó que «ella está muy afectada y sorprendida por todo», y que «le dio tranquilidad verle y hablar con él».
Asimismo, subrayó que Bronchalo «no entra a valorar la situación de Daniel».
La familia del joven, de 29 años y nieto del fallecido actor español Sancho Gracia, aseguró en un comunicado la pasada semana que siente «mucho el fallecimiento de Edwin», y reiteró su intención de no hacer más declaraciones «para respetar el momento tan doloroso que estamos viviendo ambas familias».
La Policía tailandesa acusa a Sancho, de 29 años y quien confesó el crimen, del «asesinato premeditado» de Arrieta, de 44, a quien afirma que acuchilló en el pecho durante una pelea, si bien falta aún por conocerse la autopsia de la víctima.
Sancho y Arrieta, que se conocieron el año pasado a través de Instagram, habían quedado en Koh Phangan, isla próxima a Koh Samui, el 2 de agosto, día en el que tuvo lugar el asesinato y descuartizamiento del cirujano, cuyos restos han sido encontrados en varias localizaciones de la isla, incluido el mar.