El comienzo de sus desgracias se produjo cuando sus padres, emigrantes judío polacos, ante el amenazante panorama de la Segunda Guerra Mundial, decidieron trasladarse de París, ciudad natal del cineasta, a Polonia, creyendo que este país les brindaría más seguridad. La triste realidad fue que su madre, embarazada por aquel entonces, murió en el campo de concentración de Auschwitz mientras que él pudo huir del gueto de Cracovia y sobrevivir con varias familias de campesinos que le acogieron, tras vivir un tiempo mendigando por las calles.
Su padre, también recluido dos años en el campo de concentración de Mauthausen-Gusen, logró resistir y ser uno de los pocos supervivientes polacos del Holocausto.
El director de cine franco-polaco Román Polansky cumple este 18 de agosto 90 años. Una existencia, la suya, parecida a una obra de teatro griego, en la que hay cabida para todo: el triunfo, la tragedia y el escándalo. (ANATOLY MALTSEV)
Su carrera cinematográfica, reflejo de sus vivencias
Interesado desde muy joven por el cine, Polansky plasmó en él los horrores vividos anteriormente. La violencia, la muerte, la locura y los ambientes claustrofóbicos están presentes en sus películas, aunque también el humor negro y el lado más surrealista de las relaciones humanas.
El cineasta, uno de los más prestigiosos de la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI, se formó en la profesión en la escuela de Lódz (Polonia), previos comienzos como actor teatral.
Con su primer largometraje, ‘El cuchillo en el agua’ (1962), ya consiguió la nominación a la mejor película extranjera en los Óscar, en los Bafta y el premio FIPRESCI del Festival de Venecia, además de un cierto reconocimiento. Tres únicos personajes que navegan en un barco pequeño es todo el “agobiante” escenario de la cinta.
Consiguió que Catherine Deneuve protagonizara ‘Repulsión’ (1965), film británico en el que el personaje de la actriz sufre alucinaciones y mata a dos hombres.
En Reino Unido también rodó ‘Callejón sin salida’ (1966), humor negro, que le dio el Oso de Oro en el Festival de Berlín, y ‘El baile de los vampiros’ (1967), comedia de terror en la que demostró sus dotes interpretativas junto a Sharon Tate, actriz de triste recuerdo, unida de por vida a su biografía.
Pero fue ‘Rosemary’s Baby’ (1968), con Mía Farrow, el título que le confirmó como uno de los directores más respetados e importantes de su generación. La película estuvo nominada a mejor guion adaptado en los Óscar.
Curioso es el hecho de que al principio Polansky pensara en Tate, con la que se casaría al poco tiempo, y no en Farrow para protagonizar esta historia de una mujer embarazada que sospecha que una secta maligna quiere llevarse a su bebé para usarlo en sus rituales.
Mientras Polansky rodaba una película en Londres, el 9 de agosto de 1969, la secta ‘La Familia’ del líder Charles Manson asesinaba a Sharon Tatey a cuatro amigos en la casa del matrimonio en Los Ángeles. Ella estaba embarazada de ocho meses y medio. En la imagen, retrato de la actriz Sharon Tate, en 1969. (EFE)
El asesinato de su mujer, Sharon Tate
Pareciera que, sin la participación de Tate en el guion, el director hubiera querido evitar que su esposa sufriera en el cine lo que, “parecido”, sufriría en la vida real.
Mientras Polansky rodaba una película en Londres, el 9 de agosto de 1969, la secta ‘La Familia’ del líder Charles Manson asesinaba a Sharon Tatey a cuatro amigos en la casa del matrimonio en Los Ángeles. Ella estaba embarazada de ocho meses y medio.
La tragedia, una de las más brutales y mediáticas de la época, supuso al cineasta tal sock que decidió apartarse un tiempo del cine e instalarse en Europa, donde a partir de 1971 rodó varios films.
Su vuelta a Estados Unidos fue en 1974 y lo hizo a lo grande con la cinta ‘Chinatown’ (1974). Protagonizada por Jack Nicholson, Faye Dunaway y John Huston, ganó el Óscar al mejor guion original, el Globo de Oro al mejor director y el BAFTA al mejor director y guion.
Sin embargo, un desafortunado incidente, ocurrido tres años después, arruinó su carrera en este país, al que nunca ha vuelto.
(SERGIO BARRENECHEA)
Primera acusación de violación y huida a Europa
El cineasta fue acusado en 1977 de violar a una niña de trece años (Samantha Gailey), tras una sesión de fotos realizada a la menor para una revista de moda. Cumplió unos meses en la prisión californiana de Chino y, previendo una condena mayor, cambió para siempre el suelo estadounidense por el europeo.
Durante esos años como prófugo, principalmente en Francia y en Polonia, estrenó grandes éxitos como ‘Tess’ (1979), un drama basado en la novela de Thomas Hardy y dedicado a su fallecida esposa, quien le dio la novela el último día que se vieron diciéndole: “Podemos hacer una película fascinante con este libro”.
Buena intuición la de Sharon Tate, pues las academias de cine europeas concedieron a ‘Tess’ tres Óscar, dos Globos de Oro, un BAFTA y tres César.
Posteriormente, otro título de culto en la carrera de Polansky fue ‘El pianista’ (2002), con el Holocausto de nuevo como protagonista. Un trabajo que estuvo ampliamente galardonado con la Palma de Oro, en Cannes; tres Óscar, uno de ellos el de director; dos BAFTA (película y director), y siete premios César.
Igualmente, triunfó con “El Escritor” (2010), que se llevó el Oso de Plata al mejor director en Berlín, cuatro Premios Cesar, incluyendo mejor director, y seis del Cine Europeo, entre ellos mejor película y director.
Sin olvidar “El oficial y el espía” (2019), sobre el caso Dreyfus, sucedido en 1894, que ganó el Gran Premio del Jurado y el FIPRESCI, en Venecia, y tres César (entre ellos al mejor director).
En la actualidad, Polansky está casado con la actriz francesa Emmanuel Seignier con quien contrajo matrimonio en 1989, y con la que tiene dos hijos llamados Morgane (1993) y Elvis (1989). El director de cine es treinta tres años mayor que ella.
La actriz francesa y esposa de Roman Polansky, Emmanuel Seignier, actual esposa de Roman Polansky con la que se contrajo matrimonio en 1989 y tienen dos hijos llamados Morgane (1993) y Elvis (1998). (EFE)
Otras acusaciones por abusos
Sin embargo, los múltiples éxitos cinematográficos de Roman Polansky se han visto empañados por varias declaraciones de mujeres, acusándole de abusos sexuales.
Tras el caso de Samantha Geimer en 1977, Charlotte Lewis declaró en 2010 que, cuando ella empezaba su carrera de actriz, el director la forzó a tener relaciones sexuales en su apartamento de París.
En 2017, una mujer identificada como «Robin» le acusó de abuso sexual ocurrido en Los Ángeles, en 1973, cuando ella tenía 16 años, y la actriz alemana Renate Langer le denunció ante la policía suiza por abusar sexualmente de ella en su adolescencia.
En 2019 otra mujer, Valentine Monnier, le acusó públicamente de violación, ocurrida en 1975.
Verdaderas o no las acusaciones y forzado por su prohibición de regresar a Estados Unidos, lo cierto es que Roman Polansky se ha convertido en un director itinerante por Europa y puesto en duda por el mundo del cine.