A propósito de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, el cirujano Jesús Abreu aclara uno de los principales mitos relacionados con esta etapa de la maternidad y los implantes mamarios.
– ¿Se puede amamantar después de la colocación de implantes mamarios? Totalmente sí, positivo.
La glándula mamaria nace en la piel y mientras va creciendo se desarrolla y va abultando el espacio que luego se convierte en mama.
Es una glándula igual que las sudoríparas, que las glándulas sebáceas que están conformando la piel. Entonces, asimismo, la glándula mamaria es una glándula de la piel. Por lo tanto, se adhiere totalmente a lo que es el complejo areólo mamilar que es donde está el pezón, que es donde se produce la leche, a través de los conductos galactóforos, que le pertenecen a la misma glándula y si la glándula está pegada a la piel, pues por eso no hay pérdida de la lactancia con ningún tipo de cirugía mamaria.
–Y en el caso de la mamoplastía de reducción, ¿esto pudiera afectar a la lactancia?
También se puede amamantar.
¿Los nervios, los conductos lactíferos y las glándulas mamarias pueden dañarse durante la cirugía para colocar implantes?
Las glándulas mamarias no, porque los implantes siempre están colocados abajo de la glándula mamaria o abajo del músculo. Por lo tanto, no hay cómo dañar la glándula mamaria. Ahora, cuando hay una inervación del nervio troncular directo del intercostal hacia el pezón, se puede ver una disminución de la sensibilidad parcial del pezón.
Pero, normalmente esa inervación del pezón viene dada por los nervios intercostobraquiales y los nervios supraclaviculares, que vienen todo alrededor o a través de la misma piel. Por lo tanto, no hay pérdida de sensibilidad.
¿Hay evidencia de efectos tóxicos en la leche de una madre que lleve un implante mamario, ya sea salino o de silicona?
No, no, para nada, para nada.
Fuente:AETS
En el año 2000 la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias (AETS) del Instituto de Salud Carlos III publicó la traducción del informe sobre «Riesgos para la salud causados por implantes de silicona en general, con atención especial a los implantes mamarios»(6), realizado por encargo del Parlamento Europeo. De este documento extraemos que:
Actualmente, no existen pruebas de niveles elevados de silicona en la leche materna, o de cualquier otra sustancia que podría ser dañina al lactante. Tampoco existen diferencias entre madres lactantes con implantes y sin ellos de los niveles de silicio tanto en la leche como en la sangre.
Existen pruebas limitadas de que una incisión periareolar para implantar la prótesis podría interferir con la lactancia natural.
No parece que existan pruebas de efectos sobre la salud de los lactantes amamantados por mujeres con implantes de silicona (enfermedades del tejido conjuntivo o autoinmunes), aunque se necesita investigación suplementaria para descartar por completo este riesgo.
¿El tipo de incisión que se realiza durante la cirugía pudiera afectar la lactancia? No, porque hay una incisión periareolar, es decir, alrededor de todo el pezón y eso no tiene nada que ver, porque la incisión no es que se corta el pezón y se pone otra vez. Es decir, la gran mayoría de los pacientes creen que uno corta, como una tapita, el pezón, lo pone en la mesa y después se lo pega cuando está hecha la mama. No, eso no es así.
El pezón nunca se desprende de su lecho térmico, es decir, de la dermis. Lo que se desprende es la circunferencia alrededor del pezón, de esa piel, y por eso se traslada el pezón más para arriba, para subirlo cuando se hace la nueva mama. Pero nunca se despega de la piel, por lo tanto, el viene con toda su irrigación adherida a la misma dermis. Nunca hay un despegamiento total del pezón.
Si una mujer tiene planes de ser madre, ¿es recomendable que se someta a una mamoplastía de aumento antes del embarazo?
Si hay un caso de gigantomastia o de hipertrofia mamaria que tanto le perturbe el peso, le produzca daños en la espalda, en la columna, y bueno, hasta estético, pues claro que sí que se la puede hacer.
Inclusive a los 5 años después de la menarquía, que es la primera menstruación, se recomienda hacer este tipo de cirugía en pacientes con hipertrofia mamaria temprana. Es decir, que si una niña, por ejemplo, tuvo su menstruación a los 11 años, ella a partir de los 16, 17 años está apta para hacer su mamoplastía de reducción.
Y después del embarazo, ¿qué tiempo se debe esperar para uno someterse a esta cirugía?
Después del embarazo no, después de acabada la lactancia se debe esperar un mínimo de seis meses. Ahora, si no lactas tras el embarazo, pues 6 meses después del parto. Pero la cuestión no es dada por el final del embarazo, sino por el final de la lactancia.
¿Por qué se debe esperar ese tiempo luego de la lactancia?
Porque hay un periodo de recuperación de toda la glándula mamaria que se llena. Los galactóferos se aumentan de tamaño, y si tú operas una paciente todavía con esa dilatación de los conductos galactóferos o con una producción de leche activa, tú puedes formar un acúmulo de leche dentro de la mama operada que te puede dar un problema. Te puede dar una infección, un seroma lácteo, porque esa leche acumulada se torna como un caldo de cultivo para cualquier bacteria, y por eso no es recomendable.
Sobre el especialista
El doctor Jesús M. Abreu Monttero es fundador y director del Centro de Cirugía Plástica y Lipoescultura (Cecilip) y miembro de la Sociedad Dominicana de Cirugía Plástica Estética y Reparadora (Sodocipre). Ha practicado con éxito la cirugía plástica durante más de 25 años.