No, no existen razas de perros más agresivas que otras. Esto no es más que un mito; la realidad es que la agresividad canina es una conducta que resulta de la interacción de diversos factores, tanto internos como externos.
Así lo refiere el entrenador canino Ramón Molina, quien cita la frustración, la ansiedad y el padecimiento de una enfermedad como algunas de las tantas razones que pueden llevar a un perro a cambiar su forma de comportarse.
“Los perros agresivos (por naturaleza) no existen. Sí hay razas que son más protectoras y más dominantes”, aclara. “Hay perros que por dueños que no tienen el conocimiento necesario, dueños que no lo socializan de manera correcta, sí tienen tendencia a mostrarse más protectores y menos sociables que otros”.
Qué hacer y qué no al educarlo para evitar que sea agresivo
Los perros, aparte de ejercitarse, necesitan recrearse. (NELSON PULIDO/DIARIO LIBRE)
Crear un buen vínculo. Esto depende mucho de la posición jerárquica. “Si el perro no lo ve a usted como su líder, no tiene que hacer lo que usted diga”, comenta el profesional, quien lleva alrededor de 20 años ejerciendo como educador canino.
Hay ejercicios que van de la mano con la manipulación de las necesidades fundamentales del animal, como, por ejemplo, la comida. Lo ideal es que el can entienda que debe ganársela, y no que se le colocará el plato para que coma libremente y a su antojo.
Luego de ahí, hay que implementar ejercicios de obediencia. Dejarle saber al perro quién tiene el control a través de ejercicios de obediencia como “Siéntate”, “échate”, “quédate”, “acuéstate” y enseñarlo a acudir al llamado.
Sacar a pasear a los perros con frecuencia es otra acción que evita que se tornen agresivos. La mayoría de los canes que muestran estos comportamientos, asegura Molina, viven encerrados, no canalizan su necesidad de ejercitarse y recrearse. “La mayoría de la gente dice ‘yo tengo un patio grande, tengo una casa grande’ ¿Y es suficiente para el perro? No, no es suficiente. El perro, aparte de ejercitarse, necesita recrearse”, añade.
Es importante que todo dueño sepa por lo menos principios básicos de etología canina. (NELSON PULIDO/DIARIO LIBRE)
A evitar:
Así como a las personas no les gusta que los desconocidos invadan su espacio personal, a los perros tampoco. Permitir que un desconocido que no tiene ningún vínculo con ellos los toque es visto por los canes como una falta de respeto que puede traer como respuesta una reacción agresiva.
Agredir como forma de corrección es otro error que cometen los dueños de canes. “Si usted le pega a un perro con sus manos, él va a entender que con que sus manos lo que le va a traer son cosas negativas. La corrección debe ser mediante una correa, un buen collar. No se le debe pegar”, explica el entrenador.
Para evitar el comportamiento agresivo de un perro hacia personas u otros animales, el experto recomienda hacer una socialización y desensibilización correcta desde temprana edad. Si luego de esto el can tiene un comportamiento agresivo hacia una persona o animal, indica que es necesario buscar ayuda de un profesional para determinar la razón de la conducta.
Molina sostiene que es importante que todo dueño sepa por lo menos principios básicos de etología canina, que es la ciencia que estudia la conducta de estos animales para analizar sus distintos comportamientos y comprender por qué actúan de una forma determinada, para contar con las herramientas adecuadas para poder controlar a su perro.
No hay perros agresivos; hay razas que son más protectoras y más dominantes que otras. (NELSON PULIDO/DIARIO LIBRE)
Ante un episodio de agresividad:
El primer paso es desenfocarlo. “Lo que el perro ve, es lo que le interesa. Entonces, hay que quitarle el foco de atención”, sostiene. “Por ejemplo, si él se enfoca en un objetivo, usted tiene que cambiarle la mirada. O sea, voltear al perro hacia otro lado que no esté viendo para que así él pierda el interés por lo que lo está llevando a canalizar su energía en base a agresión”.
Luego, lo mejor es moverlo del lugar donde se encuentra. Esto, utilizando collares y correas adecuadas, con los que no se corra el riesgo de que se rompan y que garanticen que el perro no se zafe o escape.
El entrenador aconseja llevar a los perros a parques donde haya personas que puedan ayudarlos a socializar de manera correcta. “Una de las formas que recomendamos son las clases grupales. Hay lugares donde usted puede ir con su perro y el perro canaliza toda esa energía viendo que no es necesario agredir a otro ser vivo”, dice.