El miedo es la primera barrera que hay que derribar en la lucha contra el cáncer de mama, una enfermedad que es «tratable» y más fácilmente «curable» si se detecta a tiempo, por lo que la autoexploración y la educación son vitales.
Así lo explicó en una entrevista con EFE Martha Ordoñez, oficial de cooperación de City Cancer Challenge, una iniciativa mundial liderada por la Unión Internacional de Control de Cáncer (UICC) que busca reducir las muertes debidas a este tumor.
El miedo al diagnóstico
El cáncer de mama, «tristemente», se sigue asociando a muerte, y según Ordóñez, este miedo a la enfermedad crea una importante barrera.
«Eso es algo global, el miedo a recibir un diagnóstico que todos consideramos grave» y, muchas veces, por falta de información sobre el tema, «desconocemos las opciones de tratamiento», añadió la experta colombiana.
Recordó que «hay cánceres que son muchísimo más agresivos, otros más tratables» y, además, «las tecnologías disponibles han hecho que cánceres muy agresivos se puedan tratar y (a los pacientes) se les pueda dar calidad de vida».
En ese sentido, subrayó que «es muy importante empezar a educar a la población en general».
Cáncer no es sinónimo de muerte
Los últimos datos disponibles de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre esta enfermedad indican que en 2020 aproximadamente 2,26 millones de nuevos casos de cáncer de mama fueron diagnosticados en el mundo y más de 680.000 mujeres murieron a causa de ello.
Según Ordoñez, «el cáncer de mama no debería tener tanta mortalidad” como se tiene registrado actualmente porque es “tratable y curable si (el diagnóstico) es temprano».
Sin embargo, el resultado tardío en este tipo de cáncer es una cuestión que afecta en especial a los países de renta media o baja, como ocurre en muchos de América Latina, destacó Ordoñez a EFE en Santo Domingo, con motivo de su participación en el Segundo Foro «Mujer, Cáncer y Sociedad», organizado por la Asociación Mujeres Solidarias (AMSI) y por la farmacéutica Roche.
«Es muy triste ver los números (en América Latina), a pesar de ser una región a la que se está trayendo tecnología. Nosotros estamos a la par en tecnologías y en tratamientos con los países de altos ingresos», lamentó la experta en administración de salud, economía y gestión de proyectos.
La importancia de la detección temprana
Martha Ordoñez, oficial de cooperación de City Cancer Challenge. (EFE)
El cáncer de mama es una de las principales causas de muerte en el mundo y la cantidad de mujeres con este tumor seguirá siendo alta sin importar si la persona afectada vive en países ricos o pobres. La diferencia está en el diagnóstico y en el tratamiento, de acuerdo con la ejecutiva de City Cancer Challenge.
“La diferencia es muy marcada porque lo que vemos en los países de altos ingresos son mujeres llegando en estadios muy tempranos, mujeres que se están autodiagnosticando (en contra de lo que ocurre en naciones en vía de desarrollo)», sostuvo.
Los datos de la OMS así lo confirman: si se lograra que el 60 % de los tumores invasivos se diagnosticara en una etapa temprana durante al menos tres años, la mortalidad por cáncer de mama podría reducirse al menos un 2 %.
Las estadísticas demuestran, además, que una mujer que es diagnosticada de cáncer de mama en fases tempranas tiene más de un 95 % de probabilidades de estar viva cinco años después, mientras que una paciente en estadios metastásicos cuenta con menores probabilidades de supervivencia en el mismo periodo.
Por ello, Ordoñez insistió en la importancia del diagnóstico precoz, que debe ir acompañado de un tratamiento continuo, ya que la interrupción «a mitad del camino» es lo que lleva a “tanta mortalidad».
Trabajar desde lo público y lo privado
La lucha contra el cáncer de mama debe abordarse como «una prioridad» desde el Estado, que puede encontrar grandes aliados en el sector privado y en la sociedad civil, de acuerdo con Ordoñez.
«Eso debe ser una urgencia para ellos, reconocer que se tienen que unir esfuerzos porque ellos solos no pueden, necesitan al sector privado, necesitan el apoyo de todos los que puedan. Esto es una lucha de todos», recalcó.
Por ello, consideró que uno de los principales temas que se deben abordar es «la fragmentación» de los sistemas de salud, «un problema grande» que termina por ralentizar el diagnóstico temprano y el tratamiento oportuno.