El sindicato que representa a 160.000 actores acordó este viernes extender las negociaciones con los estudios de Hollywood y congelar al menos hasta el 12 de julio una huelga que podría paralizar casi por completo la industria.
El Sindicato de los Actores (SAG-AFTRA) y plataformas como Netflix y Disney estaban inmersos en largas negociaciones, pero cuando se acercaba el plazo final para un acuerdo a la medianoche del viernes (07H00 GMT), las partes acordaron que seguirían dialogando.
El contrato actual se ha ampliado hasta el 12 de julio a medianoche, hora de Los Ángeles, dijo SAG-AFTRA en un escueto comunicado, en el que agrega que «las partes seguirán negociando bajo un bloqueo mediático mutuamente acordado».
Se temía que el gremio que representa a unos 160.000 artistas, desde celebridades hasta extras, se sumara a la huelga de guionistas que desde hace nueve semanas afecta Hollywood.
Los miembros del SAG-AFTRA han aprobado de antemano una huelga si los negociadores no llegan a un acuerdo.
Sería la primera vez que los escritores y actores de Hollywood entran en huelga de forma simultánea desde 1960, cuando el actor -y posteriormente presidente de Estados Unidos- Ronald Reagan lideró una paralización que eventualmente forzó a los estudios a dar el brazo a torcer.
«Estamos en un punto de inflexión», dijo a AFP el abogado de la industria del entretenimiento, Jonathan Handle.
«Transformador»
Cientos de estrellas de Hollywood, pasando por Meryl Streep y Jennifer Lawrence, firmaron una carta divulgada esta semana en la cual piden al sindicato un acuerdo «transformador».
Jorome Melendez, un actor de 59 años, señaló que los cambios en los modelos de consumo con la llegada del streaming justifican las demandas de los artistas.
«El streaming ha tomado el lugar de las cadenas de televisión», dijo.
«Este contrato está escrito de tal manera que no obtienes los mismos beneficios que tenían las personas que estaban en ‘Seinfeld’ y todos estos grandes programas de televisión».
Las negociaciones se centran en mejoras salariales y la redefinición del pago de compensaciones residuales en sintonía con los cambios en la industria.
Los residuales son los ingresos que los artistas reciben cada vez que contenidos en los que participaron son retransmitidos. Estos han disminuido porque las plataformas de streaming no revelan sus estadísticas de visualización.
También en la mesa están las audiciones virtuales que proliferaron durante la pandemia y que imponen el peso logístico sobre los actores, privándolos de la retroalimentación de directores, además de la expansión de la inteligencia artificial en la industria.
«Podrían utilizar tu imagen y hacerte decir cosas que no dirías, o involucrarte en un proyecto del que no quieres formar parte. Tenemos que asegurarnos de que no lo hagan», dijo Kim Donovan, una actriz de 52 años.
La huelga de guionistas redujo de forma dramática el número de películas y programas en producción, pero una acción de los actores podría prácticamente paralizar todo.
Algunos programas de telerrealidad y entrevistas podrían continuar, pero eventos como los premios Emmy, previstos para el 18 de septiembre, estarían en riesgo.
Series populares que debían volver a la televisión en el tercer trimestre del año serían pospuestas, así como el rodaje de películas o la promoción de los éxitos de taquilla del verano.