Givenchy e Issey Miyake presentaron dos formas de interpretar el minimalismo con sendos desfiles de su línea masculina en la Semana de la Moda de París, en la que hubo un predominio claro de las líneas rectas y depuradas.
Ambos desfiles de colecciones de primavera/verano 2024, mostraron cierta sintonía entre dos firmas muy diferentes, aunque la francesa con un punto más elegante y la japonesa con un toque más juvenil.
Givenchy comenzó con conjuntos de americana, pantalón y camiseta, todo en formas cuadradas y en un mismo color sólido (blanco, negro, gris..), aunque hubo algunas combinaciones con cazadoras grises.
Después pasó a una línea más de «malote», con camisetas negras de tirantes y pantalones anchos, estilo «cargo» pero sin bolsillos, a veces con pantalones un poco más cortos, por debajo de la rodilla.
Otros conjuntos tenían un aire «hip hop», un poco más amplios, pero en general discretos y sin adornos (salvo unas camisetas con múltiples perforaciones redondas bordeadas de un anillo plástico).
Eso y algunos jerseys y chaquetas con un calado muy ligero fueron prácticamente la única concesión a los adornos.
También se vieron cazadoras de manga corta y abiertas, sobre simples camisetas, igual que chalecos sobre camisas.
El desfile, en el corredor superior del patio de honor de Los Inválidos, contó con la presencia de algunos de los famosos embajadores de la marca, como el ídolo de K-Pop Taeyang.
También acudió el actor y modelo tailandés Nani Hirunkit y ambos atrajeron a cientos de admiradores a las puertas del complejo monumental parisino.
También presentó su colección Issey Miyake, cuyo director creativo desde 2019, Sakoshi Kondo, mantiene vivo el espíritu del fundador de la marca, fallecido en agosto del año pasado.
Kondo ofreció conjuntos de pantalón -corto o largo- con camisetas, todo en tonos pastel o tierra, y en general cada uno del mismo color.
Las camisetas, muchas sin mangas y a veces hasta media pierna. A veces crecían hasta convertirse en un caftán o en una falda, en general de corte recto, aunque en ocasiones con alguna concesión al volumen.
También hubo una serie de conjuntos de americana y pantalón, en colores suaves y en ocasiones con rayas discretas. Para los momentos de mal tiempo, gabardinas ligeras y guardapolvos, casi hasta los tobillos.
Algunos conjuntos mostraron golpes de color, como gabardinas en fucsia, azafrán o verde militar, así como una línea que ofrecía manchas irregulares de distintos colores sobre prendas blancas.
Y todo con el tradicional estilo sobrio y minimalista de la firma, de cortes rectos, líneas depuradas y ausencia de adornos innecesarios. A juego con el escenario, un salón del Museo Nacional de Artes Decorativas con las paredes desnudas.