Hasta un fin de semana en un resort puede hacerlo. La cuestión aquí es saber observar las consecuencias que tiene una adquisición.
Recuerdo una anécdota que me contó mi primo Juan Gabriel. Un colaborador le pidió dinero para poder pagar el transporte de irse a su casa y retornar al siguiente día. Él le dijo: “Será para tu bebida”.
Su empleado pensaba que no tenía dinero para el transporte, pero el dinero de transportarse se lo habían pagado con el sueldo. Para lo que no le alcanzaba era para la bebida.
El orden de los factores altera “este” producto. Si lo entendemos, nos damos cuenta del nacimiento real de los problemas. Así quizá los podremos evitar.
Comprar un vehículo es una de las causas que más conducen a inconvenientes financieros. No es un monto pequeño, ni de una sola ejecución. Veamos:
¿Lo financiamos?: Una cuota mensual reduce nuestro poder adquisitivo. Seguiremos recibiendo el mismo ingreso, tendremos el mismo gasto… bueno, ahora con la cuota estaremos gastando más. ¿De dónde saldrá ese dinero? ¿Ajustamos nuestros gastos?: Por lo general, hacemos un ajuste mental. Duran poco tiempo las restricciones. Lo propuesto es utópico; no estamos tan dispuestos a hacer ese sacrificio. Mucho menos por una adquisición que ya estamos disfrutando. ¿Cómo conseguimos más dinero?: Echamos mano a lo que sea. ¿Vendemos algo? No, eso no está en nuestros planes. ¿Buscamos otro ingreso? Arriesgarnos a perderlo todo no es de sabios. Mientras pensamos en soluciones usamos nuestra amiga plástica. ¿Y después?: Un préstamo para pagar las tarjetas puede llevarnos a un nuevo respiro. ¿Consecuencia? Una nueva cuota de préstamo reduce aún más nuestro disponible para el siguiente mes. ¿Y ahora?: Lo que ingresamos no alcanza y nuevamente estamos usando las tarjetas por encima de lo que podemos pagar. Inicia un círculo más que vicioso.
En conclusión: En ocasiones, pensamos que la razón por la que no nos alcanza el ingreso para los gastos del mes es porque no es suficiente. El aumento de los precios nos hace entender que tenemos razón y ser las víctimas de la situación nos aparta de la culpa de la escasez. Situación ideal. Cuando en la realidad, las compras que no nos dejan rejuego para seguir haciéndonos cargo de nuestros compromisos y estilo de vida, son las que nos llevan a esa situación.
Calcula bien lo que podría pasar si haces un gasto importante, o muchos gastos continuos. Así podrás tener en tu poder tu dinero, logrando más con él.