Estas últimas semanas hemos compartido información sobre los préstamos. Sabemos de su capacidad camaleónica, y también que es preferible no recurrir a ellos si tenemos alternativa entre las palabras de nuestra lengua. Como nos recuerda la Ortografía de la lengua española, a veces se adaptan con naturalidad y a veces sufren un poco más o no llegan a lograrlo. Incluso existen casos en los que el proceso de asimilación tiene distintos resultados en distintas zonas del mundo hispanohablante.
Les propongo algunos ejemplos curiosos. Los dobletes de variantes fonéticas fútbol/futbol y béisbol/beisbol son adaptaciones del inglés football y base ball, respectivamente. Se pronuncian como agudas o como llanas en diferentes variedades del español y, por lo tanto, su acentuación gráfica varía. Distintas pronunciaciones y distintas grafías acarrea el par soja/soya, cuya preferencia cambia según las zonas. Algo similar ocurre con la pareja pijama/piyama, cuyo origen es el inglés pyjamas, que añade a la diferencia fonética y gráfica la diferencia morfológica de género: el pijama/la piyama. En el español de España se mantiene la jota y se adapta la pronunciación; en el español americano es más frecuente adaptar la grafía para acercarse a la pronunciación etimológica. Un caso particular es el del anglicismo iceberg. La grafía se mantiene en todo el ámbito hispánico, pero la pronunciación varía. En el español europeo se pronuncia tal cual se lee; en el español americano se suele elegir la pronunciación inglesa original. En este último caso, estamos ante un anglicismo crudo (no se adaptan ni la grafía ni la pronunciación), que debemos resaltar con el uso de la cursiva.
Ya ven que la adopción de palabras de otras lenguas tiene sus complicaciones, gráficas y fonéticas, y suele ser origen de excepciones y variantes. Recuerden, acudan a ellas solo cuando sean imprescindibles.