Tras una semana de encuentros y desfiles, donde se dieron cita los protagonistas de la industria de la moda local e internacional, y más de 50 puestas en escena, culminó exitosamente la decimoquinta entrega de la plataforma RD Fashion Week en las instalaciones del hotel Marriott Piantini en Santo Domingo.
Permitiéndonos adentrarnos y conectar con cada una de las propuestas presentadas, donde se puso de manifiesto el talento, crecimiento y nacimiento de nuevas caras en este maravilloso mundo del corte y confección de la indumentaria, las colecciones fueron dirigidas al renglón femenino, masculino e infantil, además de los accesorios.
Durante cuatro días pudimos apreciar el esfuerzo, la pasión y resultado de un despertar atrevido y esperanzador para muchos de estos ingeniosos de la moda.
En la noche de apertura tuvimos el deleite de disfrutar el magnífico trabajo de Giannina Azar, quien engalanó la pasarela con destellos de luz y una exuberante manifestación del lujo nocturno.
La maestra envolvió la silueta femenina entre cristales y degradaciones, sostenidas en estructuras rígidas en algunos puntos a nivel de los hombros. Los accesorios que acompañaron esta propuesta fueron de la autoría de Gisselle Mancebo, quien aportó un acento llamativo y de gran calidad a esta propuesta.
En otro orden, debo admitir mi sorpresa en el desfile de la inclusión, con una puesta en escena cargada sensibilidad social fuertes emociones e intenciones.
«Moda con propósito«, el eslogan utilizado para referirse a este renglón, se encargó de proyectar las oportunidades, el conocimiento impartido y celebrar la trayectoria de dos grandes mujeres que han sabido posicionarse y mantenerse a la vanguardia por 40 años en el ejercicio de sus carreras, me refiero a Elisa Morató e Isabel Reynoso.
En sentido general la semana de la moda recién concluida dejó mucho de qué hablar, pudimos palpar de cerca el esfuerzo y perseverancia con que ha trabajado todo el equipo conformado para que, en esta oportunidad, tuviéramos mejores resultados que años anteriores y creo que lo lograron.
También pude apreciar que tuvieron algunos temas neurálgicos que, con conocimiento de causa, pueden ser corregidos para futuras convocatorias, como el tema de la puntualidad a la hora de programar las presentaciones de los desfiles, la organización y los parqueos.
Sin quitarle el valor de impacto que obtenemos todos como país proyectando lo que somos y hacemos… vayan mis felicitaciones para cada artista que formó parte de esta proclama de la moda nacional e internacional.
Melkis Díaz: Impecable
Una diversidad de piezas confeccionadas en lino blanco dieron apertura a una indumentaria moderna salpicada de cortes asimétricos, vuelos y alforzas con la cintura acentuada y mangas abullonadas.
Los pantalones acampanados y provocativos escotes que se lucieron, junto a unos espectaculares accesorios de ámbar y Larimar de la marca Om Caribbean Jewelry, fue muy buena elección.
Benito Antonio: Armadura
Los acordes de un violín se escucharon junto a los pasos de una mujer ataviada de fiesta. Un sobrio color negro desveló la transparencia trabajada sutilmente de manera no evidente.
La estructura de un corpiño sujeta el torso de estas mujeres cubiertas con drapeados, lentejuelas y canutillos trayendo destellos de luz a través del brillo colocado en cada uno de estos elementos. Una entrega planteada desde el lujo del drama.
Mabell Damirón: Her Evolution
Esta colección trajo a su paso cambios sutiles percibidos en pequeños detalles como los botones de coco y una paleta de colores neutrales como el crema, caqui y verde olivo, para llevarnos poco a poco por un tránsito evolutivo.
Las piezas fueron tomando fuerza con la intervención de alforzas, bolsillos y el contraste del corte y los tejidos estampados, guiándonos hacia una fórmula audaz.
Pedro Cruz Valdez: He is the Boss
Los géneros se acoplan en un solo estilo. Fuerza, modernidad y desenfreno se adueñan de una actitud que no conoce de barreras y desafía todo presagio.
Llega acompañada de una ejemplar ejecución para invitar a hombres y mujeres a salir y no pasar desapercibidos al lucir el auténtico atuendo para conquistar todas las miradas a su alrededor. El negro asumió todo el peso de esta colección.
Elisa Morató: E M Jeans
El denim como protagonista de una celebración en la que se pone de manifiesto la jovialidad, el atrevimiento y modernismo, mezclando ojaletes, vuelos y tirantes para crear con ellos texturas, formas y volúmenes.
En esta pasarela se apuesta a una mujer moderna y arriesgada rompiendo con esquemas tradicionales hasta sumergirnos en un sentido estético coherente. Nuestras felicitaciones por sus 42 años de trayectoria profesional.
Isabel Reynoso: Retro
En esta oportunidad nos sorprende con una riqueza de texturas variadas que van desde las plumas, el drapeado, los brocados y las aplicaciones bordadas poniendo en evidencia una mujer femenina ante todo, con una fuerza escénica llamativa y actualizada.
Colectiva Inaguja: Voces silenciadas
Un llamado a la reflexión sobre el feminicidio convocó a un grupo de talentos emergentes para ponerle voz a través de la indumentaria.
Esto trajo al escenario la denuncia en el estampado de algunas piezas, el recurso de la pintura sobre tela, manifestando la sangre derramada por sus víctimas, las lágrimas de dolor y también el recurso tridimensional de manos esculpidas.
Utilizaron como fuerza visual los colores rojo, blanco y negro, en la mayoría de los casos, para dejar plasmada con gran fuerza esta vivencia de dolor en nuestra sociedad de hoy día.
Embajada de los EEUU: Campanas de la libertad, historias que nos unen
La libertad y la democracia hacen un llamado a 30 diseñadores emergentes dándoles la oportunidad de mostrar su talento y capacidad.
Esta muestra, cargada de un proceso experimental, arroja fantasía, drama evolutivo y excentricidades. Las piezas en sí llevan mucho simbolismo, contando cada una su versión particular. Las capas son mensajeras del misterio que envuelve el sonido de las campanas. Aquí se unen el arte y la moda.