«Surcos«, la película española de 1951 que consiguió eludir a la censura pese a denunciar con crudeza la miseria en los primeros años de la dictadura franquista, vuelve este lunes a las pantallas en una versión restaurada en el Festival de cine de San Sebastián.
La película dirigida por José Antonio Nieves Conde, cuyo título alude a los surcos de la tierra cultivada, narra la historia de una familia que abandona el campo para buscar una vida mejor en Madrid, como hicieron cientos de miles de personas.
Pero la vida en la capital es demasiado para los Pérez, objeto de burlas, engaños y abusos, y que viven hacinados en una vivienda minúscula e insalubre, mientras ven como uno de sus hijos cae en la delincuencia y su hija en la prostitución, sin que eso sirva ni siquiera para dejar atrás los aprietos.
La película bebe claramente del neorrealismo italiano y sus historias de pobreza sin respiro como la de «El ladrón de bicicletas», de Vittorio de Sica.
Si bien los censores del régimen franquista (1939-1975) la tildaron de «gravemente peligrosa», dos circunstancias ayudaron a que el filme sobreviviera a la tijera.
En primer lugar, que Nieves Conde era falangista, la versión española del fascismo italiano, y había apoyado a Franco en la Guerra Civil (1936-1939) aunque acabó desencantado con un dictador católico y tradicionalista que no estaba por la labor de alumbrar «hombres nuevos».
Y dos, que el régimen franquista pusiera al frente del cine y el teatro españoles a José María García Escudero, un hombre crítico con el rumbo artístico insulso que estaba tomando el séptimo arte en España, y que apostó por la valentía y calidad de la película, lo que acabaría costándole el puesto, no sin antes permitir la supervivencia de «Surcos«.
El cine, ocio del pueblo
La película «tuvo muchos problemas«, recuerda Enrique Cerezo, el presidente de FlixOlé, la plataforma española de «streaming» que ha restaurado la película, en una entrevista con AFP.
«El cine en aquella época era el elemento de ocio número uno que había en este país«, y no interesaba arrojar luz sobre miserias, añade Cerezo, más conocido públicamente por ser el presidente del club de fútbol Atlético de Madrid.
«Surcos» fue seleccionada para competir por el máximo galardón en el Festival de Cannes de 1952 –entonces el Grand Prix, hoy la Palma de Oro–, sin suerte. Un año antes, el director español Luis Buñuel se alzó con el premio al mejor director por un film de denuncia social, «Los Olvidados», rodado en México, donde recaló en el exilio.
La proyección de «Surcos» en el Festival de San Sebastián (del 20 al 28 de setiembre) es un ejemplo de la iniciativa reciente de mostrar películas clásicas en los certámenes cinematográficos, gracias a los avances en digitalización y restauración de las cintas.
Así, la sección de clásicos de la actual edición de la muestra en el norte de España incluye, además de «Surcos«, una versión restaurada por el Instituto Lumière de Lyon de la recordada «El piano», de la directora neozelandesa Jane Campion, ganadora de tres premios Óscar.