La depresión es más que un momento de tristeza, que es el principal síntoma con el que se le suele asociar.
Hay que tener en cuenta que sentirse triste es una respuesta normal ante los momentos difíciles, pero ella debe de desaparecer luego de un tiempo corto. Si esa sensación es prolongada puede ser síntoma de depresión, cuyo índice de diagnóstico ha ido en aumento luego de la pandemia del Covid-19.
Solo en 2020, la depresión fue común entre casi 1 de cada 10 estadounidenses y casi 1 de cada 5 adolescentes y adultos jóvenes (de 18 a 25 años).
Sin considerar el COVID-19, los números actuales reflejan que el 5% de los estadounidenses mayores de 18 años informan regularmente tener sentimientos de depresión, pero ¿cómo se siente realmente la depresión? ¿Y cómo saber si está deprimido o simplemente temporalmente abrumado por todo lo que está sucediendo a su alrededor?
¿Pero qué hace diferente la tristeza común a la depresión? La psicóloga Dawn Potter, PsyD, tiene las respuestas, indicando que «la depresión suele caracterizarse como «tristeza profunda», pero en realidad es una condición compleja que va más allá de simplemente sentirse triste.
Hay algunas diferencias entre la depresión y la tristeza, aclara la doctora Potter, siendo determinantes os factores: la frecuencia y el tiempo.
Sin embargo, ella aclara que hay otras señales que hay que tomar en cuenta y que los profesionales de la salud mental no diagnostican basados sólo en la tristeza.
«La depresión es muy fisiológica», dice la doctora Potter de Cleveland Clinic. «La depresión es más que sentirse triste, y una persona no necesariamente tiene que sentirse triste para estar deprimida. La depresión a veces puede sentirse como la ausencia de algo en lugar de la presencia de tristeza».
Síntomas de la depresión
Las alteraciones del sueño podrían ser señales de la depresión. (PEXELS)
Para recibir un diagnóstico de depresión clínica, normalmente experimentamos un estado de ánimo deprimido constante y persistente o pérdida de interés en las cosas que disfrutaba y/o en sus actividades diarias, junto con al menos tres o más de los siguientes síntomas durante un mínimo de dos semanas:
Trastornos del sueño, como dormir demasiado o muy poco. Baja energía o fatiga. Sentimientos excesivos de culpa, vergüenza cuando no está justificado. Dificultad para concentrarse o enfocarse. Agitación psicomotora (inquietud observable, nerviosismo, caminar de un lado a otro o dificultad para estar quieto) o desaceleración psicomotora (como disminución del pensamiento cognitivo, movimiento reducido y habla más lenta de lo habitual). Aumento o disminución del apetito que puede resultar en aumento o pérdida de peso. Pensamientos de suicidio o pensamientos recurrentes de la muerte.
La ayuda de un experto autorizado
Que estes triste por una determinada razón, no significa que irás a una consulta psicológica, sin embargo, si ya es una situación frecuente y además, está acompañada de cinco de los síntomas anteriormente descritos, la psicóloga Dawn Potter recomienda buscar ayuda especializada.
En tanto que, siempre que se presenten pensamientos suicidas es importante buscar asistencia de inmediato.
«Si tiene menos de cinco de estos síntomas, pero realmente tiene problemas con sus actividades diarias y siente que las cosas son mucho más difíciles de hacer de lo que normalmente le resultaría, o de lo que está haciendo. Este sentimiento realmente le molesta constantemente, pedir ayuda puede ser una decisión importante”, enfatiza Potter.