Superar una ruptura amorosa no es una tarea fácil. Según una investigación de la University College London y la Binghamton University el tiempo estimado para pasar página y dejar atrás una relación es de seis a 24 meses.
Al inicio de una relación amorosa todos iniciamos con la expectativa de que va a ser funcional y que con el pasar del tiempo esta se va a prolongar y consolidar.
“Sin embargo, en muchas ocasiones, la ruptura de la relación es inevitable y con ella nos vemos obligados a enfrentarnos al proceso de duelo que conlleva una pérdida”, asegura la psicóloga y terapeuta de pareja Laura Pichardo (@lpichardo_terapeutafamiliar) en una entrevista para Diario Libre.
“Este proceso es único, cada persona lo vive desde sus propias características de personalidad, desde su forma de abordar sus sentimientos y desde la manera en que afronta las situaciones de conflicto. Es un proceso que necesita ser vivido y construido por cada uno. No enfrentarlo, evadirlo o minimizarlo nos aleja de la posibilidad de hacer un cierre emocional de la relación”, afirma la experta.
A continuación compartiremos las características de cada etapa.
1. Negación. Como su nombre lo indica, esta etapa se caracteriza por la falta de aceptación de la ruptura. Generalmente el pensamiento es: “Esto no puede ser, no puede pasarme a mí, debe ser un error…”. Aquí las personas suelen experimentar shock y tristeza.
2. Ira. La segunda etapa es la ira, esta ira llega cuando entendemos que la separación sí es real. Es entonces donde surge la rabia. Rabia con la pareja o conmigo mismo.
3. Negociación. Según la psicóloga clínica, la negociación llega como tercer momento, aquí se alberga cierta ilusión de que sea posible recuperar la relación y se intenta hacer algo para cambiar la situación actual. En ocasiones, en este momento, aparece la idea de tener un encuentro con el otro para la reconquista o para mediar.
4. Depresión. La siguiente etapa que destaca la profesional es la fase de la depresión, que surge tras percatarnos de que la separación es inminente y no podremos hacer nada para cambiar la realidad. La tristeza y desesperanza caracterizan esta etapa.
5. Aceptación. El duelo concluye con la aceptación, en esta etapa somos capaces de asimilar y aceptar la pérdida. Aquí se puede hablar o recordar la relación sin el dolor inicial. Y, sobre todo, en este momento somos capaces de buscar los aprendizajes y ganancias de la relación.
Luchar para no sentir dolor
La terapeuta de pareja asegura que, como proceso, el duelo no es lineal.
Cada relación de pareja es distinta así como cada ruptura, y superar la misma dependerá de los recursos emocionales con los que contamos. Según Pichardo, solamente dándonos el permiso de vivir el dolor que viene tras la pérdida podremos sanar la herida que deja la ruptura. Y desde ese proceso de cierre, aceptación y valoración de la relación que existió, podremos abrirnos en el futuro a crear un nuevo vínculo donde fluya de nuevo el amor.