¿Cómo afecta la carga mental a la salud?

La sociedad actual nos empuja a un mayor esfuerzo cognitivo y psicológico. Las redes sociales, el mundo laboral, familiar, los retos personales y otras tantas cosas hacen que nuestras capacidades sean sobrepasadas y como consecuencia se produzca una carga mental que nos afecta la vida en general.

Hay que tener en cuenta que la carga mental elevada puede llevar a la fatiga, el estrés y un rendimiento disminuido en las tareas, es la razón por la que entrevistamos a la psicoterapeuta Karem González para conocer más a profundidad de esta gran amenaza al bienestar de la persona:

Desde hace un tiempo se escucha mucho el tema de la carga mental ¿literalmente la mente se carga?

Literalmente la mente se carga, a un punto tal que muchas personas describen una sensación física de tener la visión nublada, el cuerpo sobrecogido y tenso. Esto ocurre porque nuestro cerebro agota recursos metabólicos y cognitivos para prepararse a la acción, si esto se prolonga en el tiempo más de lo debido, nuestros recursos empiezan a agotarse.

¿Qué produce y cómo se manifiesta la carga mental?

La carga mental es esa tendencia de sobre analizar e ir repasando los quehaceres y temas pendientes en agenda, como un intento de anticipar las necesidades o de evitar errores. En teoría, esta práctica ayuda a ser más eficientes y proactivos, sin embargo, un uso desmedido o abuso puede conllevar al desgaste cognitivo e incluso físico, ya que lejos de anticipar el problema y resolverlo, agotamos nuestras reservas y nuestra capacidad de afrontamiento queda limitada.

Manifestaciones de agotamiento cognitivo

Olvidos y/o fuga de ideas
Cansancio físico y mental (sensación de letargo mental)
Tensión muscular
Irritación
Falta de creatividad
Pesadez
Ausencia de motivación

¿De qué manera impacta la vida de la persona?

La persona va lentamente perdiendo la capacidad de disfrute, se va retrayendo, y en casos extremos se torna apático. Los problemas y las satisfacciones le saben igual. Es que esta mentalmente “quemado”, y pierde la capacidad de discriminación ante estímulos. Perder la capacidad de disfrute es algo grave ya que significa perder calidad de vida, y, por ende, dificultades en las relaciones interpersonales especialmente a nivel de pareja y familiar.

¿Debería ser atendida por un profesional de la salud mental?

Si, en caso de que al leer estas manifestaciones te identifiques con 3 o más, es necesario que acudas con un profesional de la conducta para poder valorar el nivel de riesgo, contener el problema, y brindarte herramientas para corregir esta situación.

¿Cuáles son los riesgos de no ser atendida?

Como ya mencionamos, la pérdida progresiva del disfrute es un factor de riesgo para el desarrollo de trastornos del estado de ánimo. Una persona apática, desesperanzada, desmotivada, va perdiendo el interés en las cosas, se retrae, y queda atrapada en sus pensamientos agravando el cuadro y tornándose repetitivo. Es necesario prestar atención a esto y tomarlo en serio.

Popularmente se asocia con la mujer ¿los hombres no se cargan mentalmente?

Todo ser humano es vulnerable al estrés, sin embargo, hombres y mujeres tenemos diferentes mecanismos de afrontamiento. En el caso de los hombres, son de naturaleza más pragmática y se enfocan en soluciones más radicales, no quiere decir que no se carguen mentalmente, pero pocas veces son propensos a ventilar abiertamente sus problemáticas. La mujer por otro lado, suele ser más fijada en los detalles y analiza un problema o futuro problema por partes, lo que hace que le tome más tiempo llegar a la solución, pero al hacerlo es más definitivo y prefiere mantener la calidad a la rapidez a la hora de tomar decisiones.

¿Cuáles son sus recomendaciones para quienes la padecen?

Es común ver este tipo de conductas en personas perfeccionistas, y en aquellos hiperindependientes que les cuesta pedir ayuda, la mayor recomendación en ese caso es aprender a delegar, a relativizar lo que es importante de lo urgente, y sobre todo descentralizarse como el único responsable de los quehaceres. Es practico hacer listas que no excedan las más de 10 tareas por día, el uso de organizadores y calendarios e incluir pautas de descanso entre asignaciones.

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