Cómo enfrentar el miedo al despido

Los empleados de las generaciones millennials y Z se distinguen de antiguas generaciones porque no les temen a los cambios. Sin embargo, en tiempos de incertidumbre y crisis económica, el miedo al despido se hace cada vez más común entre los jóvenes. 

Si bien sentir cierta preocupación por mantener un empleo es natural, según explica la psicóloga organizacional Gertrudis Ferreyra, el problema está en que muchos colaboradores, ante este temor, hacen lo que sea para conservar sus empleos, aún si eso implica comprometer su bienestar emocional, valores y hasta integridad.

“El exceso de miedo al despido tiene efectos negativos en la salud mental y afecta, además, el clima y la cultura organizacional”, refiere la coordinadora administrativa del centro integral de salud mental @mentalmenterd.

Entre las consecuencias emocionales cita ansiedad, depresión, problemas para dormir como el insomnio, problemas de autoestima e incluso pensamientos intrusivos; es decir, sentirte perseguido o no valorado, aunque esa no sea la realidad.

En el ámbito laboral, puede generarse un clima de competencia negativa, deslealtad y falta de compañerismo, consecuencias que varían en intensidad y duración de acuerdo a la personalidad de quien presenta esa sensación de incertidumbre, su situación laboral y la forma en la que regule esta emoción.

Quiénes son más propensos 

“El miedo a ser despedido afecta a una variedad de colaboradores en distintas etapas de sus carreras y circunstancias laborales”, sostiene Ferreyra. Ella asegura que no es posible identificar un perfil único, porque lo que se destaca son las razones por las que surge. 

Sin embargo, dice que hay factores que pueden influir en que se experimente este sentimiento:

Colaboradores en su primera experiencia laboral. Estos suelen asociar el miedo al despido a su falta de experiencia. Colaboradores que trabajan por proyectos. El temor se relaciona con la incertidumbre de si vendrán nuevos proyectos o contratos. Cambios en la dirección de la empresa. Muchas veces los cambios implican reestructuraciones en todos los sentidos y la población laboral se ve afectada con reducciones. Historial de despidos. Si el colaborador ha tenido despidos previos, tiende a sentir inseguridad e inestabilidad basándose en esas experiencias. Situaciones económicas. Colaboradores que tienen situaciones económicas o que el empleo representa su única vía de ingreso, son más vulnerables a desarrollar el miedo al despido. Colaboradores que tienden al perfeccionismo y autoexigencia, y que tienen altas expectativas para sí mismos, pueden ser más propensos a presentarlo, ya que temen no cumplir con sus propias expectativas ni las de los demás.

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«El miedo a ser despedido es una situación común en el mundo laboral» Gertrudis Ferreyra Psicóloga organizacional

Cómo enfrentarlo 

Hay estrategias que pueden ser útiles para manejar y reducir el miedo al despido de forma efectiva. Ferreyra las comparte:

Responde a la pregunta: ¿por qué tengo miedo? La respuesta te ayudará a comprender qué es lo que te preocupa con relación al trabajo. Una vez identificados los temores, es importante cuestionarlos y determinar si estas preocupaciones son realistas o exageradas. Se asertivo. Si sientes mucha inseguridad con respecto a tu permanencia en tu empleo, es conveniente que hables con tu supervisor para obtener retroalimentación sobre tu desempeño. Una comunicación efectiva puede reducir la incertidumbre. Capacítate. Desarrollar nuevas habilidades puede aumentar tu confianza y te hará desarrollar nuevas competencias que te permitan enfrentar los desafíos laborales. Cuida tu salud mental. Practicar técnicas de relajación, meditación o mindfulness son estrategias que pueden ayudarte a reducir el estrés y la ansiedad relacionadas con el trabajo. Si el miedo persiste y afecta negativamente tu salud mental, considera buscar ayuda profesional para abordar la situación de manera más profunda. Visualiza el éxito. Imagina situaciones en las que te sientas seguro y exitoso en tu trabajo y reflexiona sobre aquellas donde has enfrentado desafíos de manera satisfactoria. Haz un plan de contingencia. Tener uno puede reducir la sensación de vulnerabilidad y aumentar la sensación de control. Haz un plan financiero. Es importante que puedas crear un fondo de emergencia. Para esto, reduce gastos, busca las mejores alternativas de ahorro e incluso alguna forma de generar ingresos adicionales. Busca apoyo. Hablar con amigos, familiares o colegas de confianza sobre tus preocupaciones es un excelente ejercicio para compartir tus sentimientos y obtener perspectivas externas.

“Asegúrate de mantener el equilibrio entre tu vida personal y laboral, concéntrate en otras actividades que despierten tu interés, que te hagan sentir feliz y motivado”, concluye la experta.

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