Ensayo de Novena Sinfonía de Beethoven emociona al público

La «Novena Sinfonía de Beethoven» mueve los sentidos y provoca todo tipo de emociones. El público que se dio cita este miércoles al ensayo general de esta clásica pieza quedó estremecido y los aplausos fueron prolongados al maestro José Antonio Molina y la Orquesta Sinfónica Nacional, así como al coro y los cantantes líricos.

Esta gala orquestal forma parte del cierre del 50 aniversario del Teatro Nacional.

La interpretación coral de la última sinfonía compuesta por el célebre músico alemán Ludwig van Beethoven contó con dos invitados internacionales: el tenor finés Tuomas Katajala y el barítono austríaco Günter Haumer.

Las voces dominicanas se lucieron con la destacada soprano Nathalie Peña Comas y la mezzosoprano Glenmer Pérez junto a 100 voces del Coro Nacional y el coro del 50 aniversario del Teatro Nacional.

En la antesala de la gran noche, que será este jueves 10 de agosto a las 8:30 p.m. en la sala Carlos Piantini del Teatro Nacional. Las boletas están agotadas.

La Dirección General del Teatro Nacional y la Fundación Sinfonía abrieron el ensayo general a los estudiantes como es tradicional en sus temporadas sinfónicas.

El equipo de Diario Libre vio salir del aforo a los miembros del club cultural Jóvenes al Futuro de Boca Chica. Muchos de ellos asistieron por primera vez.

También fue notoria la presencia de los integrantes de orquestas juveniles, estudiantes de danza y allegados de la Sinfónica y el Coro Nacional.

Este año, en alianza con el Programa de Capacitación Cultural 2023 de la Fundación Amigos del Teatro Nacional y el Teatro Nacional, asistieron profesores de artes de escuelas, liceos, colegios y universidades participantes del programa como una forma de promover el interés por la música clásica.

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El maestro José Antonio Molina inspirado dirigiendo a la Sinfónica. (JESSICA GÓMEZ)

Con todos los músicos vestidos de forma casual, la función comenzó a las 6:00 de la tarde.

Antes de iniciar, el director del teatro, Carlos Veitía; y Margarita Miranda de Mitrov y Marisol Rodríguez Copello, de la Fundación Sinfonía, agradecieron la presencia del público e invitaron a disfrutar la obra musical de Beethoven, considerada una de las piezas más trascendentales, significativas y populares de la música y el arte. 

«El arte de la dirección de orquesta lleva la impronta de Beethoven», expresó Miranda de Mitrov.

Final emocionante

Al maestro José Antonio Molina la emoción le brotó en la pasada rueda de prensa celebrada en el TN al referirse al influyente genio de la música que ha estudiado con detalle. «Nunca me he cansado ni un instante de Beethoven», confesó.

Y así se sintió en la presentación con sus movimientos y gestos sosteniendo la batuta.

La sinfonía tiene cuatro movimientos:

I. Allegro ma non troppo, un poco maestoso, en re menor

II. Scherzo. Molto vivace, en re menor – Presto, en re mayor

III. Adagio molto e cantabile, en si bemol mayor – Andante moderato – Tempo Primo – Andante moderato – Adagio – Lo stesso tempo

IV. Finale. Recitativo o coral.

En la primera parte, la sinfonía suave y tenue mantuvo al público atento a cada instrumento. Luego todo fue in crescendo con variaciones fuertes, especialmente con el tímpano y el redoblante, como si se estuviera en una escena de una película de época.

Una hora después, el coro se puso de pie y entraron las estrellas de la ópera nacional e internacional, quienes fueron recibidos con ovación. Las voces solistas de Tuomas Katajala, Günter Haumer, Nathalie Peña Comas y Glenmer Pérez se fueron combinando poco a poco con tonos altos y agudos hasta volverse una.

La parte épica fue con la entonación coral de «La Oda a la Alegría»  (An die Freude, en alemán) o el Himno de la Alegría, la composición poética lírica escrita por Friedrich von Schiller en noviembre de 1785 y publicada por primera vez en 1786.

Este cuarto movimiento finaliza con una selección del texto del poeta Schiller que, desde que fue musicalizado por Beethoven y estrenado en el histórico concierto del 7 de mayo de 1824, ha sido un símbolo para la humanidad.

«Bravo, bravo, bravo» se escuchó decir a la audiencia emocionada y conmovida que se puso de pie y entregó una prolongada ovación que de seguro se repetirá la noche de este jueves cuando suban a escena para interpretar la «Novena Sinfonía de Beethoven«.

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